Las empresas deben enfocar su gestión en el marco competitivo en que se desenvuelven, de manera que se encuentra obligado a plantearse mejoras de organización y ajustes respecto a sus actividades, bien en precios de venta o costes, vienen la modificación de éstos.
Para este nivel de decisión se requiere, en unos casos, una política de control de gasto y de innovación tecnológica; en otras una política capaz de aventajar por uno u otro camino a las competencias del mercado y al incremento de gastos, de manera que estas medidas sitúen a la empresa en posición de aumentar su eficiencia y mejorar el servicio al cliente.

Tomar una decisión requiere elegir una alternativa entre las posibles, para la consecución de un objetivo. Las decisiones se ven influenciadas por factores técnicos, económicos y humanos.
La contabilidad analítica como herramienta de gestión, es de gran utilidad para tomar decisiones de explotación, o dicho de otra manera, decisiones sobre la producción que diariamente realizamos en la empresa.
Para ello, es necesario disponer de un sistema de información, como mecanismo de recopilación, análisis y transmisión de información, que se requiere para dirigir los servicios y permitir el control y adecuación continua de la organización de la empresa a las nuevas oportunidades que se le puedan plantear a la empresa en su sector.
Este modelo permite tomar decisiones consistentes en la utilización y gestión de recursos, a través del análisis del producto, de los costes, del proceso de cálculo de costes y de los sistemas de imputación.